El networking no se trata de intercambiar tarjetas o sumar seguidores. Se trata de conectar con personas que sumen valor a tu vida y a quienes tú también puedas aportarles.
Antes de buscar “qué gano yo”, pregúntate: ¿Qué puedo aportar yo a esta persona?
Cuando cambias la intención, las conexiones dejan de ser transacciones y se convierten en relaciones.
Tres claves para un networking con propósito
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Sé auténtica: no intentes encajar en un molde que no es tuyo.
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Escucha más de lo que hablas: las mejores oportunidades nacen de comprender al otro.
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Dale seguimiento: una conexión sin seguimiento es como plantar una semilla y no regarla.
Tu círculo define tu crecimiento
Rodéate de personas que te reten, que te inspiren y que te muestren lo que es posible.
Conclusión:
El networking con propósito no es una estrategia, es un estilo de vida.